Monte de El PardoEl Torreón. Monte de El Pardo

EL MONTE DE EL PARDO

Con casi 16.000 hectáreas, e integrado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, el monte de El Pardo es el gran parque natural de la villa de Madrid.

Fue el monte de El Pardo cazadero real desde tiempos de Alfonso X El Sabio. Sin embargo, cobraría importancia cuando Enrique III instalara un pabellón de caza en 1.405, germen del futuro palacio de El Pardo En la actualidad, la titularidad del Monte de El Pardo pertenece a Patrimonio Nacional y la mayor parte de su extensión se encuentra cerrada al público.

El Monte de El Pardo es el bosque mediterráneo más representativo de toda la región. El río Manzanares cruza este espacio natural de perfiles suaves de norte a sur, resultando fuente de vida, siendo represado a las puertas de Mingorrubio.

El cerramiento del Monte de El Pardo se debe a Felipe VI y tuvo lugar entre los años 1.751 y 1.756. Su función era impedir que los animales salvajes escapasen del cazadero real y evitar el furtivismo. Se utilizó ladrillo pinto y colorado, y piedra, otorgándole gran solidez. De hecho, gran parte del cerramiento o «cordón» se ha mantenido hasta el día de hoy.

La Puerta de Hierro

La Puerta de Hierro se edificó en 1.753 y su función fue la de acceso al Real Sitio de El Pardo. Fue realizada en piedra blanca de Colmenar de Oreja y granito, y consta de un vano principal con arco de medio punto y cuatro pilastras dóricas toscanas, dos a cada lado. La puerta está coronada por un frontón, sobre el que se encuentra el escudo real y dos esfinges acostadas.

Poco a poco la ciudad de Madrid se ha ido comiendo el Monte de El Pardo, dejando a la Puerta de Hierro aislada entre carreteras.

FAUNA

En el Monte de El Pardo, por su función de cazadero real, abundan especialmente las especies cinegéticas como jabalíes, gamos, ciervos y conejos, llegando a existir superpoblación por la ausencia de depredadores, motivo por el que periódicamente se realizan cazas controladas de animales.

LMonte de El Pardo. Jabalíos mamíferos depredadores del Monte de El Pardo son, principalmente, gatos monteses, zorros, tejones, garduñas y ginetas. En tiempos existieron en el Monte de El Pardo otras especies salvajes como el oso, el lobo, la nutria y el lince.

El monte del Pardo se distinguen hasta 125 especies de aves, entre las que se encuentran el águila imperiel, el buitre negro y el búho real, así como urracas, palomas y otras especies.

En 1987, fue declarado Zona Especial de Protección para Aves (ZEPA), siendo lugar protegido de reproducción del águila imperial ibérica, y otras especies de aves rapaces forestales como el milano negro, el milano real, el águila culebrera y el águila perdicera.

La zona del embalse del río Manzanares, recogido en el catálogo regional de zonas húmedas por su valor faunístico y paisajístico, destaca por ser lugar por donde transitan numerosas especies migratorias, y zona de invernada y de alimentación para diversas especies de distribución ligada a ambientes acuáticos. En este entorno resultan muy importantes las concentraciones de cigüeña negra y cigüeña blanca.

VEGETACIÓN

La vegetación del Monte de El Pardo está fundamentalmente compuesta por encinares, siendo en su conjunto el mejor exponente de bosque mediterráneo de la región. El encinar adehesado domina en las zonas más llanas, mientras que el encinar no transformado abunda en las zonas de ladera y colinas.

Encinar del Monte de El PardoLos jarales de jara pringosa, están muy extendidos en las zonas de encinares degradados, sobre todo en las 900 hectáreas de la zona abierta al público, formando una matorral muy pobre junto con romeros, cantueso y tomillo blanco o mejorana.

Los alcornoques y quejigos se dan en las zonas con más humedad y suelos más profundos, mientras que en las zonas más secas y soleadas aparece la coscoja.

Abundan, además, los pinares de repoblación cultivados a base de pino piñonero.

El ecosistema de ribera se encuentra junto al cauce del río Manzanarez y arroyos, además de en suelos con nivel freático poco profundo. En este entorno, existen árboles caducifolios, como fresnos, chopos y sauces, así como arbustos y plantas de ribera. Estas especies son importantes para el ecosistema porque fijan los suelos de los cauces, limitando el poder erosivo de las crecidas de los ríos.

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